El cuatro de mayo se inauguró la exposición de Horacio Gulias Vidal en el Espacio Cultural Adolfo Domínguez, del que hasta entonces ignorábamos las características de sus rigurosas abstracciones geométricas e incluso su condición como excelente diseñador de joyas, sin exponer en dicho Espacio, que evidencian las mismas singularidades formales que sus cuadros y dibujos.
Estamos ante unas impecables abstracciones geométricas, limpias y exactas, que en la contención cromática se ubica su otro personal rasgo. El negro dominante y el blanco, incluso algún color más llamativo, sirven para los fondos y para el campo formal, de modo que todo surge sin mostrar un espacio específico para que flote su fascinación hacia la geometría en estado puro. Todo es diáfano. Blanco y negro, algún naranja, nutren esa geometría, con cierto deje enigmático, capaz de atrapar nuestra mirada. El prolífico rectángulo, salvo excepciones, es la clave para equilibrar el conjunto de las obras, de ahí que pueda combinarlo con círculos, cuadrados y otras formas con la curva presente, siempre para enfatizar en los hermosos contrastes. El pintor transpira seducido por la perfección, por el equilibrio racional, siempre muy lejos de cualquier sugerencia pasional, que se remata siempre por títulos tipo ABS-5025-F, es decir, como si estuviéramos ante una especie de aburrida computadora dedicada a una especie de juego personal. Sin embargo, como dato relevante, en la totalidad de lo exhibido vibra y aflora un deje excitante, casi oculto, cual palpable signo de vida humana, que es la única concesión lejos del ámbito geométrico. Muy sutil y profundo matrimonio.
Dicha concesión de vida humana se potencia en sus extraordinarios dibujos, modélicos, como sus cuadros, por refinamiento artístico. La clave está en el grueso y bello papel artesanal con sus correspondientes texturas, sin olvidar que puede unir dos o incorporar papel ondulado para mostrar un perfecto collage. Mezcla la muy exquisita imperfección del papel con la citada rigurosidad geométrica, sin olvidar que cada obra está colgada de otro soporte mediante dos delicadas cuerdas. Equilibro general sin fallos.
Manuel PÉREZ-LIZANO FORNS
Presidente de AACA (Asoc. Aragonesa de Críticos de Arte)